Durante los primeros días puedes sentir incomodidad cuando tu bebé se alimenta, identifica las causas y posibles soluciones a tu molestia. En caso de que el dolor o molestia persista, acude a tu médico.

Si están llenos de leche, se ven brillantes, se sienten más duros al tocarlos y tus areolas y pezones también están hinchados, aplica estos consejos para aliviar la molestia y evitar complicaciones:

Encuentra una posición cómoda para los dos.

●      Dale de comer a tu bebé a libre demanda, esto es, cada que vez que tu peque lo pida. Lo recomendable es darle leche de ambos senos hasta que ésta se acabe en cada uno.

●      Extrae la leche manualmente cuando estén muy tensos.

●      Toma una ducha de agua caliente y luego aplica frío sobre tus senos.

●      Inicia cada amamantamiento con el seno contrario a la sesión anterior.

En la mayoría de los casos el cuerpo está programado para producir la cantidad de leche que el bebé requiere, pero si sientes tus senos menos inflamados o si tu bebé parece tener más hambre a pesar de haber comido, es normal que te preocupes.

Alimentarte bien, mantenerte hidratada y descansar lo necesario te ayudará a producir la leche suficiente, asimismo, la producción de leche depende de la estimulación que se le da al seno, es decir, poner a tu peque a succionar ayudará a que la producción sea mayor. Si aún así no te sientes tranquila, consulta con tu médico.

Normalmente ocurre porque los senos no se vacían por completo, por interrumpir el momento de amamantar o por un brasier muy ajustado.

Síntomas:

●      Sensación de empedrado debajo de la piel.

●      Mayor sensibilidad.

●      Calor y enrojecimiento.

●      Amamanta con más frecuencia del pecho que tiene el conducto obstruido.

●      Hazte masajes antes y mientras amamantas.

●      Extrae la leche que queda después de amamantar.

●      Toma una ducha caliente directamente en el seno

●      No olvides consultar a tu médico pues es el indicado para ayudarte con este proceso y cualquier molestia.

Normalmente se acompaña de fiebre de 38.5ºC o más, malestar, debilidad y una zona dura, caliente y roja en el seno. Si presentas estos síntomas, consulta con tu médico.